Faltan muchísimos Jacinto Convit
MANUEL GUZMÁN GÓMEZ
Leer sobre este excelso venezolano, sobre la ejemplar filosofía sencilla de su vida, es un deleite para los más caros sentimientos del espíritu.
Lo primero que leí sobre Don Jacinto Convit, eminente médico con la sencillez y humildad de un sabio, ocurrió hace varios años – recién me había graduado de ingeniero civil – cuando en una entrevista (El Nacional era “otro” periódico, muy distinto al actual), él respondió, cito: “da dolor que nuestra universidad sólo produzca médicos mercantilistas…”, refiriéndose sobremanera a la Central; frase que me impactó gratamente por la verdad enorme que encierra. Lamentablemente, y también por cuanto me recordó a un familiar cercano, don Adolfo Guzmán, el “tío bueno”, hermano mayor de mi padre quien le profesaba un gran respeto y admiración y que cuyas ideas socialistas se percibían tanto con su ejemplo en el convivir diario como con sus alentadoras palabras, llenas de bondad, generosidad y afecto de ayuda permanente por los demás.
Don Jacinto Convit, ilustre galeno ejemplo para todas las generaciones, experimenta y desarrolla una autovacuna curativa del cáncer ya aplicada en 16 pacientes, cuyos resultados los ha prometido, con bastante probabilidades de éxito, para finales del año.
Se imaginan, compatriotas, el valiosísimo legado que le dejará a la humanidad nuestro doctor Convit, aun cuando los resultados sigan siendo experimentales.
Para el nuevo médico venezolano, de elevada sensibilidad social, antimercantilista, que, ahora, se capacita suficientemente bajo el hermoso y humanista concepto de la Medicina Integral, el doctor Jacinto Convit , quien jamás ejerció para lucro personal, ha de ser el maravilloso ejemplo a seguir… Nos hacen falta muchísimos Convit…
