viernes, 8 de marzo de 2013

El encuentro de Chávez con Nietzsche

El encuentro de Chávez con Nietzsche
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19/07/11.- El presidente Hugo Chávez se prepara diariamente para retornar “del abismo en el que caí y cada día siento que con el favor de Dios y junto a esta voluntad suprema he despertado para vivir junto a ustedes. Para vivir viviendo, no para vivir muriendo”.
Informa no sólo de cómo el amor alimenta su espíritu sino cuanto aprende de Nietzsche y su obra Zaratustra.
El Comandante Chávez reafirma: “Todos los días me levanto y leo un rato a Nietzsche porque es un pulverizador de esa falsa moral que convierte al hombre en un camello, no seamos camellos, símbolo del hombre europeo, seamos leones, símbolo del hombre revolucionario”.
En entrevista con el profesor de filosofía Francesco Misticoni, nos adentramos en la afinidad Hugo Chávez-Nietzsche que el mismo Comandante nos ha confesado.
—¿Cómo se vincula Hugo Chávez-Nietzsche?
—Considero que la identificación del Presidente con el filósofo alemán Nietzsche es casi exclusivamente del lado poético y no con concepciones políticas, filosóficas o religiosas. Lo más importante es la reflexión que puede estar haciendo el Presidente sobre la significación político-social que adquieren esas lecturas para su liderazgo y su pueblo y las circunstancias de salud, que lo impulsa a la búsqueda del sentido trascendental de la vida.
Para comprender mejor lo que el Comandante desea comunicarnos es necesario leer Así habló Zaratustra, inspirado en el fundador del Zoroastrismo. En Zaratustra, obra que desarrolla el pasaje El Convaleciente, el eterno retorno, uno de sus elementos principales sobre los que se asienta toda su obra.
—¿Qué busca el Comandante en ese vínculo afectivo?
—El amor es el impulso del eterno retorno para lo que viene, el Presidente anima al pueblo a encontrarse en el amor y le pide construir la Patria socialista en la mayor suma de felicidad posible. Quizás por el estilo y la sutileza como Nietzsche expone una cosmovisión y su crítica a la filosofía occidental; afecta y hace aflorar el sentimiento más profundo del ser. En estos duros meses, el Presidente nos confiesa que retomó la pintura y asombrosamente ve lo que antes estaba invisibilizado, por una u otra razón. Es parte de lo que la lectura despierta en él. Por eso en esta estructura de pensamiento puede haber grandes similitudes y afinidad entre el Comandante y el superhombre del autor, que llama a transformar los valores.
Para Nietzsche los señores destruyen los valores de la moral de esclavos y el Presidente advierte constantemente de los daños del capitalismo a la humanidad, anda en un análisis profundo y un sembrar de conciencia, en busca de la evolución ideológica.
Esta nueva batalla del inicio del retorno no escapa de los análisis y la búsqueda de un ser que toma realmente una decisión y asimila que la vida es en parte dolor y en parte felicidad, pero no reniega de ello. Esta actitud que vemos del Presidente, se acerca al perfil del superhombre de Nietzsche, que con gran fuerza acepta los errores fundamentales del autor y se asume para “vivir viviendo”, convencido de vencer.
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¿Quién fue Nietzsche?
Friedrich Wilhelm Nietzsche nació en Alemania, era el mayor de tres hermanos y su padre muere en 1849 cuando él apenas tenía cinco años y su único hermano varón fallece en 1850. Sus primeros escritos serían publicados cuando estudiaba filosofía. Fue el profesor más joven de la Universidad de Leipzig y en 1869 le conceden el doctorado por la calidad de sus investigaciones. Nietzsche obtuvo la ciudadanía suiza y en 1870 prestó servicio en la guerra franco-prusiana como camillero y contrajo difteria y disentería. Padecía de carencia visual, migrañas y violentos ataques estomacales; enfermedades que le arruinaron la vida. En 1872 publica su primer libro, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música. A partir de 1878, publicaría un libro por año hasta 1888. Entre 1883 y 1885 escribió Así habló Zaratustra.Nietzsche se aisló en su soledad, en el dolor del desamor y sus textos se vendían poco. En su cumpleaños 44 tuvo un colapso mental y su madre decidió internarlo en una clínica psiquiátrica. Su hermana Elisabeth leyó y estudió sus trabajos y tomó el control de su publicación. El 25 de agosto de 1900, Nietzsche murió después de contraer neumonía. Fue inhumado como su padre en la iglesia de Röcken.
Zaratustra. El convaleciente
… Así habló Zaratustra, y suspiró y tembló, pues se acordaba de su enfermedad. Mas entonces sus animales no le dejaron seguir hablando.
“¡No sigas hablando, convaleciente! – así le respondieron sus animales, sino sal fuera, adonde el mundo te espera como un jardín.
¡Sal fuera, a las rosas y a las abejas y a las bandadas de palomas! Y, sobre todo, a los pájaros cantores: ¡para que de ellos aprendas a cantar!
Cantar es en efecto cosa propia de convalecientes; al sano le gusta hablar. Y aun cuando también el sano quiere canciones, quiere, sin embargo, distintas canciones que el convaleciente”.
“¡Oh truhanes y organillos de manubrio, callad! -respondió Zaratustra y se sonrió de sus animales. ¡Que bien sabéis el consuelo que inventé para mí durante siete días!
El tener que cantar de nuevo – ese fue el consuelo que me inventé, y ese fue el consuelo que me inventé, y esa mi curación: queréis acaso vosotros hacer en seguida de ello una canción de organillo?”
“No sigas hablando, volvieron a responderle sus animales; es preferible que tú, convaleciente, te prepares primero una lira, ¡una lira nueva!
Pues mira, ¡oh, Zaratustra! Para estas nuevas canciones se necesitan liras nuevas.
Canta y cubre los ruidos con tus bramidos, oh Zaratustra, cura tu alma con nuevas canciones: ¡para que puedas llevar tu gran destino, que no ha sido aún el destino de ningún hombre!
Pues tus animales saben bien, oh Zaratustra, quién eres tú y quién tienes que llegar a ser: tú eres el maestro del eterno retorno -¡ese es tu destino!
El que tengas que ser el primero en enseñar esta doctrina -¡cómo no iba a ser ese gran destino también tu máximo peligro y tu máxima enfermedad!
Mira, nosotros sabemos lo que tú enseñas: que todas las cosas retornan eternamente, y nosotros mismos con ellas, y que nosotros hemos existido ya infinitas veces, y todas las cosas con nosotros.
Tú enseñas que hay un gran año del devenir, un monstruo de gran año: una y otra vez tiene éste que darse la vuelta, lo mismo que un reloj de arena, para volver a transcurrir y a vaciarse:
De modo que todos estos años son idénticos a sí mismos, en lo más grande y también en lo más pequeño.
Y si tú quisieras morir ahora, oh Zaratustra: mira, también sabemos cómo te hablarías entonces a ti mismo: -¡mas tus animales te piden que no mueras todavía!
Hablarías sin temblar, antes bien dando un aliviador suspiro de bienaventuranza: ¡pues una gran pesadez y un gran sofoco se te quitarían de encima a ti el más paciente de todos los hombres! -
Pero el nudo de las causas, en el cual yo estoy entrelazado, retorna, -¡él me creará de nuevo! Yo mismo formo parte de las causas del eterno retorno.
Vendré otra vez, con este sol, con esta tierra, con este águila, con esta serpiente -no a una vida nueva o a una vida mejor o a una vida semejante:
-Vendré eternamente de nuevo a esta misma e idéntica vida, en lo más grande y también en lo más pequeño, para enseñar de nuevo el eterno retorno de todas las cosas.
-Para decir de nuevo la palabra del gran mediodía de la tierra y de los hombres, para volver a anunciar el superhombre a los hombres.
He dicho mi palabra, quedo hecho pedazos a causa de ella: así lo quiere mi suerte eterna – ¡perezco como anunciador!
Ha llegado la hora de que el que se hunde en su ocaso se bendiga a sí mismo. Así acaba el ocaso de Zaratustra.
Cuando los animales hubieron dicho estas palabras callaron y esperaron a que Zaratustra les dijese algo; mas Zaratustra no oyó que ellos callaban. Antes bien, yacía en silencio, con los ojos cerrados, semejante a un durmiente, aunque ya no dormía: pues se hallaba en conversación con su alma. Pero la serpiente y el águila, al encontrarle tan silencioso, honraron el gran silencio que le rodeaba y se alejaron con cuidado.

MARÍA ALEJANDRA CHACÓN/CIUDAD CCS
ILUSTRACIÓN ETTEN CARVALL

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